Alejandra Mettler
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BIENAL MONTEVIDEO

EVENTO COLATERAL

Marzo 2013

Jardines, banderas, nidos y símbolos para ser vividos.

 

La artista argentina, recientemente radicada en Uruguay, Alejandra Mettler viene realizando un trabajo comprometido socialmente, que pretende, de algún modo, romper con convenciones institucionales que mantienen aislado al arte, como un terreno para especialistas.  Sus obras son también una plataforma para promover sus actividades de una organización sin fines de lucro llamada Banderas Unidas, con la cual ha tejido de manera comunitaria, gigantescas banderas, algunas de las cuales han llevado más de 70.000 horas de trabajo voluntario para poder realizarse.  Ha trabajado con comunidades de los Pueblos Originarios, con Colegios, Escuelas, con niños, hombres, mujeres, padres, alumnos y profesores.  El tejido es una herramienta, así como los materiales utilizados, aquí no importa la técnica, importa la idea y la acción. El tejido representa el entramado social; las banderas son la representación de la identidad de los pueblos. Son tejidas como mantas, “para que abriguen”,  la acción de tejer está ligada a la de “tejer conciencias que protejan”.

La artista formula un proyecto, invita a las personas a tejer paños celestes y blancos y con ellos construir una gran bandera, con un fin solidario, ya que una vez exhibida, se fracciona en mantas para abrigar a quienes lo necesitan. La bandera es un reflejo de una nueva idea de nación, con conciencia colectiva. También la artista propone la construcción de símbolos y de otras banderas con otros materiales y/o con materiales propios del sistema del arte, como el lienzo, el papel, la pintura acrílica, lápices, etc. En estas acciones colectivas no está en juego el éxito o el fracaso,  sino que se busca ampliar la experiencia y abrir posibilidades para la creatividad, la comunidad y la comunicación.

Vivimos en una sociedad en donde las grandes utopías se han tornado imposibles, donde la realidad está fragmentada y la identidad personal es solo un valor inestable debido a la presión de la globalización. Por el momento vivimos en una sociedad liberal donde hay una tendencia a la pérdida de identidad y la alienación consumista. Artistas como Alejandra Mettler nos proponen reflexionar y participar de la creación de nuestra propia identidad, ya que la identidad también es un juego, es algo que se construye lúdicamente. El público, participar de la creación de estas obras participa también de una autoafirmación de su identidad y de su pertenencia. Por otro lado, la obra de arte deja de ser una entidad definida y autocontenida, se transforma en un objeto simbólico en continua mutación, provisorio, construido en colaboración con el propio público. La obra de arte deja de ser un fruto de un esfuerzo individual y pasa a activar la relación entre público y artista.

En la obra de mayor tamaño presentada en esta exposición en el Aeropuerto Internacional de Carrasco, que lleva por título la frase “naides es más que naides”; de un José Artigas felizmente alejado de los bronces, los mármoles y los pedestales, que nos ubica y nos hace pensar como nación; podemos encontrar que oficia de metáfora igualando la figura del artista a la del público, rompiendo con aquella idea de que el artista es un ser especial, casi un dios, que tiene cualidades y aptitudes diferentes a el resto de los mortales. Es una obra para ser construida colectivamente, para que entre todos pintemos nuestra bandera y nadie sea más que nadie; construyendo una nueva ética, también desde el anonimato, generando integración y coexistencia.

También hay obras que hacen referencia a la integración de los pueblos y la reconciliación; otras hacen referencia a la paz y al amor y también a la inestabilidad de estos preciosos elementos imprescindibles en toda sociedad. Símbolos de lana para que protejan, de tela para ser pintados entre todos y también símbolos confeccionados con hojas de periódicos, haciendo referencia a la comunicación y la información. Un mueble de carácter contemporáneo que sirve también de metáfora sobre la identidad del ser humano, alberga una serie de nidos de aves que refieren a la búsqueda del “hogar dulce hogar” y a unos muy particulares “huevos” tejidos con lana blanca. Son banderas-nidos-símbolos-tejidos que generan un entramado, hermanado pueblos, conciencias y personas. En el pequeño jardín ubicado en el interior de nuestro magnifico Aeropuerto, se presenta “El jardín de los prematuros”, una obra también de carácter social, realizada pensando en el otro, indefenso y necesitado. La artista interviene el jardín “tejiendo una nueva conciencia”.

En palabras de la artista: “mi obra es un espacio abierto y activo de expresión, intercambio y experiencias, invitando a estrechar relaciones del uno con el otro. Los símbolos y la lana me ayudan  a convocar a la participación de la producción artística, y  a representarla en el contexto del arte contemporáneo, re significándola”. Una obra para ser vivida.

 

Gustavo Tabares