La experiencia artística nos revela la posibilidad que tiene el hombre de establecer modos de unidad insospechadamente profundos mediante el arte, de allí se desprenderán las formas mas altas de unidad, las del encuentro.

 

El hombre es un ser de encuentro, se constituye, desarrolla y perfecciona fundando relaciones de encuentro con las realidades del entorno que ofrece posibilidades para ello. Este tipo de relación es tan fecundo como exigente. Obliga de los actores una fuente de entusiasmo y amparo, y reclama en el hombre una actitud de apertura generosa, de disponibilidad, de sencilla confianza, de amor inquebrantable a los modos más altos de unidad. Estas actitudes a su vez brotan únicamente en clima de respeto, de aceptación reverente de los valores propios de cada realidad.

 

Del arte textil recibimos numerosas lecciones de sabiduría, entre ellas aquellas que nacen de la observación de cómo se lograron obras complejas con instrumentos de enorme simplicidad. Ellos nos hablan de los valores incorporados a la tarea del tejedor. Una tarea bien realizada otorga autoestima, ese necesario sentimiento de realización personal.

 

Si la labor es conjunta, tiene aún mayor riqueza. La sabia complementariedad es un ejemplo de conciencia de la eficacia de ese trabajo.

 

Los proyectos en que interviene esta singular artista, Alejandra Mettler, no pueden sino considerarse de gran valor puesto que su obra tiende a fortalecer actividades comunitarias, a un verdadero encuentro. Son acciones concretas que convocan no solo a los niños y jóvenes, sino a una revaloración de la sabiduría que por su experiencia de vida pueden trasmitirle las personas mayores de su entorno.

 

La acción de esta artista se inició en un momento en el que parecía que el sentimiento de desaliento se hacia expansivo en nuestra sociedad. Fue hacia el 2001 cuando Alejandra Mettler comienza su encomiable labor de tejer colchas en color azul. Azul que nos refiere al manto de la Santísima Virgen y de nuestra bandera. El mensaje era claro, invocábamos esas protecciones.

 

A partir de allí, los incansables trabajos que realizó van uniendo esas ideas, arte en acción y tejiendo una nueva conciencia.

 

No podemos sino congratularnos de la presencia de las obras de esta artista en el ámbito de la Universidad Católica, pues es una demostración de diversos caminos creativos a partir del arte textil.

 

Ruth Corcuera

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